L’Homme Cologne Bleue es la nueva interpretación acuática y fresca de L’Homme de Yves Saint Laurent. Vibrante y vital, con un magnetismo que hace estremecer, el frescor del agua encarnado en una fragancia en la que apetece sumergirse.
Creada por la perfumista Juliette Karagueuzoglou, L’Homme Colgne Bleue es una apuesta excitante que se suma a la familia L’Homme. Mientras que L’Homme es un estudio de contrastes, absolutamente masculino y elegante, crudo y valioso, esta nueva reinterpretación se erige como una esencia independiente y única, aunque siempre fiel a la línea a la que pertenece.
Sensual y fascinante desde sus inicios, el perfume resulta vibrante como zambullirse en una piscina y posee una sensibilidad oceánica que recuerda a la refrescante libertad de sumergirse en las frías aguas del mar. Una sensación de frescor helado que despierta los sentidos desde los primeros acordes de L’Homme Cologne Bleue.
Así pues, se trata de una esencia estimulante, con vibrantes nota de salida de naranja sanguina, pomelo, mandarina y bergamota, que contrastan con los primeros matices de acorde marino y se completan con el poderoso efecto de la pimienta negra y el cardamomo. En su corazón, tranquilo y sosegado, apreciamos una fusión de manzana, geranio, tomillo y lavanda que invita a demorarse un poco más para ver qué sucede a continuación, dejando al cuerpo adormecerse con la caricia del agua.
Y, por fin, somos conscientes de nuestra propia identidad, de lo que significa L’Homme Cologne Bleue. Con la magia del Oceanol, tan refrescante como la sensación de las gotas que salpican la piel y nos cogen por sorpresa, al borde de una piscina, cuando alguien se zambulle en sus frías aguas. Acordes respaldados por la esencia de cedro, que aporta elegancia y sensualidad, y una masculinidad que se completa con las notas de sándalo y pachulí.
Respecto al frasco, tiene unas líneas que invitan a tocarlo. La esencia de su interior y el vidrio color turquesa recuerdan a las aguas cristalinas de una piscina, a los reflejos cautivadores e irisados del agua que incitan a sumergirse en sus profundidades. La tapa hexagonal, firma icónica de la línea L’Homme, culmina la imagen exterior, mientras que el fino tubo negro se adentra con firmeza en la esencia, a modo de ancla.