Hace unas semanas iniciábamos un viaje por algunos de los clásicos del mundo de perfume con Anais, Anais de Cacharel, una fragancia que llegó al mercado allá por el 1.978. Hoy viajamos un poco más hacia el pasado todavía, concretamente a 1.969, el año que vio nacer a un perfume para mujer que más de 40 años después sigue muy vivo en nuestras perfumerías, Ô de Lancôme.
Miles de gotas de agua caen en forma de cascada perfumada sobre quien se suma al embrujo de esta fragancia sensualmente fresca, viva, espontánea y natural. Alegría y ligereza se desprenden de un perfume que con su color verde agua invita a sumergirse corriendo a través de un campo salpicado de las gotas de rocío de la mañana.
Notas refrescantes y cítricas de salida, con cortezas de frutas frescas suavizadas por el jazmín y la madreselva. Un corazón soleado y tierno de Albahaca, romero y cilantro. Un fondo delicado, depositado sobre la espuma de encina, rodeada de sándalo y vetiver. Un perfume que no entiende de modas ni de tiempos. Pasan los años, pero no parecen hacerlo para Ô de Lancôme.